P.N. 200g

El origen de los Huesos de Santo se encuentra en la festividad de Todos los Santos y de los Difuntos que se celebra los días 1 y 2 de noviembre. Su denominación tiene que ver con su aspecto, que recuerda a un huesecillo.

Con el paso del tiempo, en la tranquilidad y laboriosidad de los claustros monacales se va madurando la fórmula del mazapán que consiste en moler con una “maza” un amasado de almendras que mezclado con azúcar y horneado forman un exquisito “pan”.

Los Huesos de Santo De Nuestra Tierra están moldeados por maestros pasteleros que, rigurosamente fieles al método tradicional de elaboración, obtienen un dulce de muy alta calidad.

Están compuestos por yema de huevo confitada, recubierta de una pasta de mazapán de máxima calidad, bañada en azúcar empanizada.


Consumo y conservación:

Los Huesos de Santo son un dulce exquisito por lo que su consumo se puede realizar a lo largo de todo el año como postre, o acompañando al café de media tarde o al té.

Para su buena conservación, es aconsejable mantener en un lugar fresco y seco.